Somos una organización que profesamos la esperanza por la cual ofrendaron su vida los Patriarcas, Profetas y Apóstoles. Las grandes mujeres que recibieron sus muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección, otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles… y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido (la resurrección); proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros Hebreos 11:35.
En todas las edades Dios ha levantado hombres y mujeres que han luchado, vivido y anunciado la “esperanza de la resurrección de los muertos”, por lo cual Cristo murió y resucitó y nosotros somos parte de ese “Remanente” que esperamos con anhelo “la manifestación de los hijos de Dios” Romanos 8:19, la cual se consumará al “toque de la final trompeta” y no antes 1 Corintios 15:51, 52, Apocalipsis 10:7.
Creemos en la Suprema Deidad del Universo: YHVH, y somos linaje de Él (Hechos 17:24 – 29)
Creemos que Jesucristo es el Hijo de Dios, engendrado antes de la Eternidad: es nuestro Redentor. Por Él fueron hechas todas las cosas (Juan 1:3) por eso Él es Dios sobre todo lo creado. (Romanos 9:5), y se debe doblar ante Él toda rodilla. (Filipenses 2:10, Colosenses 2:9)
Creemos que el Espíritu Santo es el Poder de Dios, que anima a los cristianos (Lucas 24:49, Hechos 1:8). Pablo lo define como la supereminente grandeza del Poder Divino (Efesios 1:19 – 20), en las Escrituras aparece el Trono del Padre y del Hijo (Apocalipsis 22:1) pero no el trono del Esp
Creemos en la jerarquía instituida por Dios “Dios cabeza de Cristo, Cristo cabeza del varón, y el varón cabeza de la mujer” (1 Corintios. 11:3) note que no aparece el Espíritu Santo en esta jerarquía.
Creemos en las Sagradas Escrituras como los únicos documentos de Dios autorizados para revelarnos el plan de salvación (2 Timoteo 3:15, 1 Corintios 4:6) “Y no creemos más de lo que está escrito”.
Creemos en la observancia de los diez mandamientos de la Ley de Dios (Éxodo 20:1 – 17) que originalmente fueron escritos con su Santo Dedo, en dos tablas de piedra (Deuteronomio 4:13) confirmados por Jesús para entrar a la Vida Eterna (Mateo 19:17-19). Creemos que es una identificación para el verdadero pueblo de Dios (Apocalipsis 14:12)
Creemos que el día del Señor es el Séptimo día de la semana (sábado) único día santificado por Dios desde la creación (Génesis 2:1 – 2) el séptimo día no fue santificado hasta cuando apareció Moisés. El día de reposo se hizo para el hombre (Marcos 2:27) No fue sólo para los israelitas. Jesús acostumbró reposar ese día (Lucas 4:16); el domingo ó primer día de la semana lo santificó Roma y se lo dedicaba al dios sol. (Sunday)
Creemos en el bautismo en agua, el cual tiene que efectuarse sumergiendo completamente al pecador arrepentido en el río, en el Nombre de Jesucristo; pues esto significa sepultura (Romanos 6:3 – 4, Hechos 2:38) con esta ceremonia la persona es añadida al Pueblo de los Santos (Hechos 2:41).
Creemos en la imposición de las manos después del bautismo para recibir el don del Espíritu Santo (Hechos 8:15 – 17, Hebreos 6:2 – 3) sin esta ceremonia el bautismo está incompleto.
Creemos en la ceremonia del lavamiento de los pies, y lo practicamos momentos antes de comer la Cena del Señor (Juan 13:1 – 15) esto es símbolo de servicio imitando a nuestro Maestro (1 Timoteo 5:10)
Creemos en la conmemoración de la Cena del Señor una vez al año en la noche que Jesús fue entregado (1 Corintios 11:23), es la sustitución de la ceremonia de la Pascua (Éxodo 12:1-11) hoy esa Pascua es Cristo (1 Corintios 5:7) Esta ceremonia estrictamente debe celebrarse comiendo pan sin levadura y bebiendo fruto de la vid.
Creemos en la Ley de la alimentación (Levítico 11) la sangre de Cristo no limpia animales sino hombres pero para que estos sean limpios primero deben creer en Jesucristo. Por tal razón los animales inmundos siguen existiendo (2 Corintios 6:17-18, Apocalipsis 18:2. y 16:13) Si Dios hubiese limpiado los animales ¿Por qué se mencionan aquí como inmundos?
Creemos en la única señal mesiánica (Mateo 12:40) Cristo estuvo tres días y tres noches en la tumba, Él no murió el viernes ni resucitó el domingo, según la profecía debía morir a la mitad de la semana (Daniel 9:27), fue sepultado en la tarde de ese mismo día y resucitado en la parte final del día sábado (Mateo 28:1).
Creemos que ninguno de los santos está en el cielo, (Juan 3:13) todos se encuentran en la tumba esperando el día de la resurrección (Daniel 12:2 y 13, Juan 5:28 – 29) así lo dijo Jesucristo.
. Creemos que cuando el hombre muere, no queda nada de él vivo, los muertos no hablan ni piensan (Eclesiastés 9:5 – 6). El alma no se separa del cuerpo en la muerte, juntos van al mismo lugar (Mateo 10:28) donde se destruye el cuerpo se destruye el alma.
Creemos que habrá oportunidad para aquellos que murieron sin oír el Evangelio. Dios no puede condenar a alguien sin que no haya tenido la oportunidad de aceptar o rechazar su Mensaje (Romanos 10:14 – 15), a Tiro y a Sidón y a todos los pueblos que no oyeron las noticias de Dios, Él tendrá misericordia de ellos en su debido tiempo. (Lucas 10:13 – 14)
Somos una Iglesia autorizada por el Eterno para anunciar el Evangelio del Reino a la sociedad hondureña, siendo columna y apoyo de la verdad para mantener pura la doctrina del Señor, buscando permanentemente el crecimiento espiritual de nuestros miembros.
Para el 2025 ser una Iglesia referente del Reino de Dios, con la capacidad de anunciar el Evangelio de Jesucristo a la sociedad hondureña, enseñándoles que guarden todas las cosas que Él nos ha mandado.
Anunciar el Evangelio del Reino de Dios.
Servir de Columna y apoyo a la verdad para mantener pura la doctrina del Señor.
Apoyar a sus miembros para alcanzar la estatura y plenitud de Cristo.
Contribuir al fortalecimiento de la sociedad promoviendo valores espirituales y morales.
Promover y realizar persistentemente acciones de proyección social que permita evidenciar el amor de Dios para la humanidad.
Ejecutar programas de formación permanentes para sus miembros.
Promover espacios espirituales, esparcimiento, deportivos y culturales entre sus miembros para fortalecer la unidad y mejorar su condición de vida.
Promover la creación de casas de oración a nivel nacional e internacional y fortalecer las ya existentes.